La salvación únicamente por gracia por medio de la fe
Efesios 2:8-9
Las conversaciones informales, las películas, los programas de televisión, la tira cómica, todos parecen indicar que el concepto popular de la salvación es este: Cuando una persona muere, Dios pone en la balanza las obras buenas y las malas. Si lo bueno sobrepasa lo malo, la persona entrará al cielo. Si lo malo sobrepasa lo bueno, la persona va al infierno. (Algunas veces ni se menciona el infierno.) En otras palabras, el esfuerzo y la obra humana abren el camino al cielo o al infierno.
La narración Bíblica de la salvación es completamente diferente. La Biblia enseña claramente que todos han pecado (Romanos 3:23) y que el castigo del pecado es la muerte eterna. Sin embargo, Dios en su gracia ha provisto un camino para ser perdonado, evitar el infierno, y ganar el cielo. Ese camino es la fe en su Hijo, Jesucristo (Romanos 6:23).
La salvación, según la Biblia, es únicamente por gracia por medio de la fe, no por obras ni esfuerzo humano (Efesios 2:8-9). Sin negar el valor de las buenas obras, los bautistas han proclamado a lo largo de la historia la verdad de que la salvación es solo por gracia por medio de la fe.
Únicamente gracia/fe para salvación
Los bautistas creen que la Biblia enseña que todos los seres humanos han elegido pecar, o sea, desobedecer a Dios. La consecuencia del pecado es la muerte eterna. Las personas son incapaces de salvarse a sí mismas de tal destino. Dios, en su amor por la humanidad, ha provisto la salvación (Juan 3:16).
La dádiva de Dios de la salvación se recibe por medio de la fe en su Hijo, el Señor Jesucristo. Por medio de su vida y su muerte en la cruz, Jesús ofrece un camino de la muerte eterna a la vida eterna. Ese camino es una manifestación de la gracia de Dios. Ese camino se puede transitar solamente por la fe (Romanos 5:1-2).
Aunque la Biblia usa diferentes palabras ilustrativas para describir la manera en que Jesús provee la salvación para la humanidad perdida, en cada caso el mensaje queda claro: La salvación es accesible solamente por medio de la fe en Jesucristo como Señor y Salvador. Algunas denominaciones han incluido tales cosas como el bautismo, la membresía en una iglesia, las buenas obras y los sacramentos como necesarias para la salvación. Los bautistas han insistido en que la salvación viene únicamente por medio de la fe en Jesús, el regalo de gracia de Dios.
La salvación es igualmente gratis y costoso
Mientras que los bautistas insisten en que la salvación es gratuita, como regalo de Dios, proclaman también su costo. La salvación le costó a Dios la muerte de su Hijo unigénito. La salvación le costó a Jesús la humillación, el sufrimiento, y la muerte por crucifixión en una cruz por nuestros pecados. El compartir el mensaje de la salvación a lo largo de los siglos le ha costado a una multitud de testigos fieles, la tortura, el encarcelamiento, y la muerte. La salvación también tiene un costo para la persona quien responde por fe al regalo de gracia de Dios; a esa persona le cuesta su vieja manera de vivir, es decir, la muerte a sí misma (Mateo 16:24-25).
Por lo tanto la salvación nunca se debe tomar a la ligera. Hablar de la salvación con ligereza es negar su inmenso significado. Los bautistas creen que el destino eterno de todas las personas depende de su respuesta de fe al regalo de gracia de Dios en Jesús. Por lo tanto, los bautistas se destacan por sus apasionados esfuerzos evangelísticos y misioneros.
La salvación es un proceso de gracia por medio de la fe
Prácticamente todas las declaraciones de fe de los bautistas enfatizan que la Biblia revela que la salvación incluye la “regeneración” (algunas declaraciones usan la palabra “justificación”), “santificación” y “glorificación”. Algunos bautistas lo expresan de esta forma: Hemos sido salvados del castigo del pecado (regeneración), estamos siendo salvados del poder del pecado (santificación), y seremos salvados de la presencia del pecado (glorificación). O como otros lo expresan: Fuimos salvos; estamos siendo salvos; seremos salvos.
Como quiera que se exprese esta verdad, el énfasis permanece en la gracia y la fe. La gracia de Dios faculta a una persona no solo a comenzar el peregrinaje cristiano sino también a completarlo. El camino de la salvación se camina por fe (Gálatas 2:16-20).
El proceso de la salvación resulta en vidas transformadas, no solo para el más allá, sino también para el aquí y ahora. Las buenas obras no resultan en la salvación, pero la salvación sí debe resultar en las buenas obras (Efesios 2:10).
La fe verdadera no se puede forzar
Los bautistas insisten en que nunca se le debe forzar a una persona a creer en Jesús para salvación. De hecho, los bautistas creen que la fe verdadera no puede ser coaccionada. Para ser genuina, la fe tiene que ser voluntaria.
Los bautistas observan que Jesús nunca obligó a nadie a seguirlo. El ministerio de Jesús indica que las personas tienen la libertad para creer en él o rechazarlo. Aunque Jesús claramente explicó las consecuencias de la fe y la falta de fe, él nunca recurrió a la presión al instarles a las personas a seguirlo. Es más, los discípulos de Jesús siempre presentaban la fe como una respuesta voluntaria al evangelio.
Por lo tanto, los bautistas insisten en que las personas nunca deben ser presionadas a profesar fe en Jesús. Como observó George W. Truett, “La persecución puede llevar a los hombres a ser hipócritas, pero nunca hará cristianos de ellos.” Los bautistas han abogado fielmente por la libertad de elección—o sea, la libertad de religión.
La gracia/la fe y la soberanía de Dios/libre albedrío de seres humanos
Aunque los bautistas coinciden en que la Biblia enseña que la salvación es siempre y únicamente por gracia por medio de la fe, han discrepado en el rol que tienen la gracia y la fe en la salvación. Por ejemplo, no todos los bautistas han estado de acuerdo en cuanto a la relación entre la soberanía de Dios y el libre albedrío de la humanidad.
Algunos bautistas han enfatizado la soberanía de Dios y han sostenido que solo aquellos que Dios en su gracia ha predestinado para la salvación serán salvos por fe; aseveran que esta salvación no se puede perder. Otros bautistas han enfatizado el libre albedrío de los seres humanos y generalmente han sostenido que cualquier persona que responda por fe al regalo de gracia de Dios de la salvación puede salvarse; algunos de ellos creen que esta salvación se puede perder.
La mayoría de los bautistas cree que la Biblia afirma tanto la soberanía de Dios como la libertad de elección de parte de la humanidad. Aunque estas dos verdades parezcan ser irreconciliables en sabiduría humana, los bautistas generalmente sostienen las dos, y, a menudo, lo hacen sin ningún esfuerzo por reconciliarlas. Como los bautistas quienes escribieron los Artículos de fe para la Asociación Unión Bautista en 1840 manifestaron, “Creemos en la doctrina de la soberanía de Dios, y la responsabilidad del hombre como ser libre.” También declararon, “Creemos en la perseverancia final de los santos por gracia hasta la gloria.”
Así la mayoría de los bautistas afirma que la persona tiene libertad de elección para creer en Cristo como su Señor y Salvador o rechazar a Cristo. Insisten en que cualquier persona que responda por medio del arrepentimiento y fe en la propiciación de la vida, muerte, y resurrección de Jesús, puede ser salvo (I Timoteo 2:3-4; 2 Pedro 3:9; 1 Juan 2:2). Con convicción citan las palabras de Jesús, “para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). También creen que una vez que una persona ha sido verdaderamente salvada, es guardada por el poder de Dios; ello se llama la seguridad de salvación del creyente (Juan 10:27-30).
Conclusión
Aunque no todos los bautistas están de acuerdo en cuanto al significado de la gracia y la fe, todos coinciden en que la salvación resulta solamente de la gracia de Dios por medio de la fe. La salvación nunca se ve como un logro humano sino siempre es vista como dádiva divina. A una voz los bautistas declaran que la salvación no es por obras sino por fe.
Así que los bautistas unánimemente afirman que el bautismo, la membresía en una iglesia, la Santa Cena y las buenas obras, aunque son importantes, nunca son necesarias para la salvación; solo la gracia por medio de la fe es suficiente.
Herschel H. Hobbs
Pastor bautista y teólogo
The Baptist Faith and Message
(La fe y el mensaje bautistas), rev. ed., p. 55